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Participantes de la Pascua Juvenil Misionera 2018 |
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Bendición del Fuego - Pascua Juvenil Misionera 2018. |
A esta Pascua Juvenil Misionera participaron 25 jóvenes provenientes de diversas circunscripciones eclesiásticas del país, quienes durante los días de la semana santa vivieron diversos momentos y elementos que los llevaron a asumir la Pascua como origen de nuestra fe, de nuestro vivir compromiso misionero.
A continuación queremos compartir con ustedes el testimonio de Glisbelys Gómez, joven misionera participante de la Pascua Juvenil por la Arquidiocesis de Caracas:
Y ahora… “Asumir los riesgos del deseo y del amor” inicio mis líneas con esta frase porque es la que impulsó mi ida, estancia y vuelta de la Pascua; una experiencia que sin duda se ha de convertir en un antes y un después en mi compromiso y responsabilidad como joven misionera.
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Momento de Oración - Pascua Juvenil Misionera 2018. |
En definitiva, ya estaba prácticamente decidido que iba a posponer la Pascua Juvenil en Barinas… Pero algo decía mi corazón y por la gracia de Dios asumí el riesgo de escucharlo y… ¡He me aquí! contando una de las mejores experiencias de Semana Santa de mi vida; en la cual pude profundizar más sobre mi línea de tiempo en este caminar de fe, pude darme cuenta de todo lo que he crecido y madurado como persona y lo que me falta por mejorar, pude discernir sobre mi proyecto de vida y mi responsabilidad como joven, misionera, carmelita y cursillista.
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Hora de la comida - Pascua Juvenil Misionera 2018. |
Por último pero no menos importante uno de los mejores regalos de la Pascua es que me permitió conocer y compartir con personas con dones extraordinarios e increíbles, hermanos con un corazón apasionado por Cristo y lleno de esperanza; como quien dice eso fue la cereza del helado, que me dice que toda adversidad, viaje, cansancio, trabajo, sacrificio y riesgos, valieron la pena en todo gozo, para limpiar mi corazón y renovarlo junto con la Resurrección de mi gran maestro, amigo y hermano Jesús.
Así pues, la Pascua es mi nueva oportunidad de seguir apostando por los jóvenes; un fortalecimiento en mi servicio y una gran constancia de que hay que dejar que “Dios sea Dios” porque de tantas Pascuas de jovenmisión que me habían invitado, estoy segura que toqué en la mejor; pero la historia apenas es que comienza, porque esto no se demuestra sólo en palabras o escritos, sino con testimonio en un mundo que necesita de nosotros; entonces ahora me toca “Asumir los retos del deseo y del amor por Cristo”, siendo una joven auténtica, comprometida y libre en el gran amor de Jesucristo.
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